Notas al programa
Como guarda el avaro su tesoro,
guardaba mi dolor;
yo quería probar que hay algo eterno
a la que eterno me juró su amor.
Mas hoy le llamo en vano, y oigo al Tiempo,
que lo acabó, decir:
¡Ah barro miserable, eternamente
no podrás ni aun sufrir!
Este ténue, lángido y melancólico motete que evoluciona hasta un dramático y conclusivo coral está construido en base a una de las famosas rimas de Bécquer. A través de él se muestra un estricto tratamiento contrapuntístico de las líneas, emulando una obra coral renacentista. La delicadeza en el tratamiento de las voces y la severidad en las imitaciones y los procedimientos armónicos generan una obra purista, llena de nostalgia, que nos trasladará a un tiempo que nunca vivimos.
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